Para la clase médica alópata (medicina oficial) y las personas en general se concibe la menstruación como algo “normal” : un fluido de sangre de varios días de duración, acompañado de dolores y molestias diversas en frecuentes ocasiones, para los cuales los médicos alópatas recetan analgésicos y compuestos hormonales. Desde el punto de vista médico-higienista, se debe contemplar como un mecanismo extraordinario de eliminación de la toxemia corporal. Todas las mujeres de la civilización, y a causa de la nutrición antinatural, alejada del instinto ancestral no tergiversado del ser humano, industrialización de los comestibles muertos y refinamiento de los alimentos, poseen un alto valor de toxemia interna (también llamada “mucosidad”). El organismo hace uso de la vía genital para producir una hemorragia periódica que arrastre dicha toxemia. Recordar que ello es similar a cuando el cuerpo recurre a una epístaxis (hemorragia nasal), un eczema, una supuración, … para reducir el “lastre” tóxico. O cuando en culturas “salvajes” se hacía uso de cortes en la superficie corporal a personas en estado grave en un último intento “extra” de reducir drásticamente la toxemia y así salvarles la vida. Sólo que es ahora el propio cuerpo humano el que hace uso de una medida extraordinaria en el momento que la toxemia alcanza un umbral de estimulación que hace actuar al ” SABIO MÉDICO INTERNO ” que todos poseemos. ¡Y debe resultar muy molesto o nocivo para el cuerpo tal índice de intoxicación cuando recurre a una hemorragia, una pérdida de sangre, cuando tal hecho no se da en la Naturaleza, en ninguna especie animal que viva en estado natural !. Nos impresiona ver a alguien con hemorragia nasal, sangrado por las heces o por la orina, y se acude rápidamente al P médico. Pero no se le da importancia e incluso se considera “normal” una hemorragia vaginal de varios días, todos los meses, desde los 12 años de vida de una mujer, además de las molestias acompañantes (que a veces llegan a ser incapacitantes para desarrollar una vida normal). Para la Naturaleza una hemorragia no es algo “normal”, ¡ es una emergencia !. Por tanto, el cuerpo, guiado por la ” INTELIGENCIA BIOLÓGICA INTERNA ” pone en marcha el ” PODER DE AUTOCURACIÓN ” que la Naturaleza ha otorgado a todas las especies, ¡ incluida la humana ! (la ” VIX NATURAE MEDICATRIX ” que llamaban los viejos Maestros), y designa la vía genital para depurarse y reducir el estado de enervación (pérdida de la energía vital) que tanto afecta en el presente a nuestra especie. Es precisamente ese “poder propio de autocuración” la clave para entender el concepto higienista de SALUD. ¡ No es imprescindible una ayuda sintética ! (analgésicos, hormonas, … ). ¿ Por qué esta “vía” y no cualquiera de las vías ordinarias (piel, pulmones, riñones, aparato digestivo) intensificando su uso ? Aquello que el ser humano conoce es muy poco comparado a aquello que desconoce. La vía genital podría considerarse como fisiológica, es decir, normal, para canalizar a su través los residuos metabólicos que se producen en cada célula y en todo el organismo, esos desechos bioquímicos de todas las reacciones metabólicas del cuerpo: sería la “regla” de las mujeres sin toxemia o ésta en cantidad insignificante, y conllevaría una expulsión de sangre de, como máximo, unas “gotas”. Pero, debido a la situación anómala de extrema toxemia como la que se da hoy íntegramente en nuestra especie, la ” SABIDURÍA INTERNA INNATA ” ha decidido transformar una vía “ordinaria” en una extraordinaria, aumentando intensamente la expulsión de sangre, en un momento dado de la “degeneración” humana, y, posteriormente, mediante “mensaje genético negativo”, se ha transmitido de madres a hijas, convirtiéndose hoy en algo totalmente “normal” tanto para las mujeres como para la medicina alópata. Cuando las mujeres se replantean su vida y corrigen las verdaderas causas que originan su toxemia (alimentación, hábitos insanos, actitud negativa ante una misma y ante los demás), su SABIA INTELIGENCIA INTERNA decide que ya no es preciso la vía genital, la menstruación, aunque es necesario advertir que, en un principio, pudiera haber crisis depurativas en forma de “reglas” intensas y molestas: esto sería debido a la gran oportunidad que se le ha dado al cuerpo para depurarse, y al encontrarse éste con más energía ocurriría la “crisis”. Así llegamos a la comprensión de la supresión de la regla en las mujeres cuya alimentación es de carácter higienista puro, debido a la virtual pureza de su régimen nutricional que no origina toxemia alguna: sería el régimen crudívoro, únicamente alimentos crudos, llamado también por Arnold Ehret “dieta amucosa” ( que no origina ” mucosidad ” ) : frutas, vegetales no almidonosos y aproteicos crudos, germinados y zumo de clorofila, régimen que sería acompañado circunstancialmente de ayunos. En mujeres que han realizado ayunos largos ha desaparecido su menstruación y posteriormente, incluso alimentándose mal, no ha aparecido hasta que su cuerpo no se ha saturado de toxinas. La dieta amucosa, pero con los vegetales referidos cocinados, es relativamente un régimen limpio que por si solo pudiera suspender o reducir en gran medida la menstruación. También es fácil llegar a entender la causa que origina la suspensión de la menstruación en las mujeres anoréxicas, una enfermedad de moda: sin ser conscientes de ello, al realizar ayunos involuntarios, le dan la oportunidad al cuerpo para desintoxicarse, utilizando la “ENERGÍA VITAL” para expulsar tóxicos almacenados tras años de alimentación errónea en lugar de usarla en el trabajo de la digestión de los alimentos. Cuando la toxemia baja, la vía extraordinaria de eliminación ya no es precisa, la menstruación desaparece, y se siguen utilizando otras vías. Sorprendentemente, tras la anorexia, y siempre que no se haya llegado al estado de agotamiento total de las reservas (rara vez se llega a ello), estas mujeres poseen un índice de salud más elevado que la gente “normal” que come de manera “convencional”, y en caso de que su realimentación fuera higienista pura o muy “limpia”, obtendrían un estado de salud físico – psíquico gozoso. La posibilidad de ayuda psicológica en la línea humanista-transpersonal sería un complemento ideal. La desgracia es que en la práctica, estas mujeres, cuando se autoconvencen o las convencen de que deben volver a comer para curarse, se realimentan con productos altamente proteicos, cocidos, abundantes y antinaturales, y ello es como una “bomba” para ese cuerpo que ahora sólo está apto para recibir nutrientes sanos, régimen amucoso o dieta higienista, como corresponde a la condición biológica del ser humano, el cual, desde el punto de vista fisiológico, anatómico y psicológico, es un animal vegetaliano estricto por naturaleza. Incluso se llegan a producir muertes, culpando equivocadamente al ayuno que ha debilitado al aparato digestivo. Realmente, éste se ha recuperado como consecuencia del ayuno, estando el peligro mortal en la realimentación “explosiva” a la cual se le somete, y para la que nunca estuvo preparado. Cuando una mujer realiza una huelga de hambre ocurre algo similar. Y si en este caso ocurre una muerte, ésta se da la mayoría de las veces en la realimentación errónea, no siendo el ayuno la causa esencial. Así pues, en estos dos casos un asesoramiento correcto y una realimentación bien dirigida induciría en salud y vitalidad para la persona, pues la toxemia había sido expulsada durante el ayuno. Sólo en casos excepcionales se llega a la muerte por “actitud” negativa hacia la vida, llegándose a agotar las reservas del cuerpo totalmente. La insigne higienista, Dra. Kristina Nolfi, en su obra “Los alimentos vivos” cita el caso de una joven pareja que dos/tres años antes del embarazo de la mujer adoptó el régimen 100% crudo. La menstruación se detuvo. La muchacha no supo que estaba embarazada hasta seis semanas antes del nacimiento, cuando poco a poco su vientre empezó a abultar y el embarazo se hizo evidente. El parto fue espléndido. Como el líquido amniótico era poco abundante, el aumento de peso de la madre antes del parto no había sobrepasado los cinco kilogramos. Por esta razón, no notó el feto en el momento habitual. No había espacio para que el niño pudiera moverse. El que fue genio universal, profesor Arnold Ehret, en su libro “Sistema curativo por dieta amucosa”, una verdadera joya de oro, hace la siguiente referencia: “La dieta amucosa aplicada a la maternidad, antes, durante y después del embarazo, orienta el desarrollo materno hacia el tipo de mujer completamente diferente del de la débil mujercita de hoy en día, que aguarda el momento del peligroso parto ‘común’, que lleva implícito el riesgo de la muerte. Si el cuerpo de la mujer es limpiado perfectamente por medio de esta dieta, la menstruación desaparece. En las Escrituras era conocida con el significativo nombre de ‘purificación’, lo cual es prácticamente limpieza. No más la ‘mácula’ del flujo menstrual de sangre impura y de escorias. Esa es la condición ideal de pureza interna para la ‘concepción in-maculada’. Cuando se ve la luz de esta verdad se comprende fácilmente todo el misterio de la Virgen. Cada una de mis pacientes fueron perdiendo poco a poco sus menstruaciones como consecuencia de este perfecto método de limpieza que es mi sistema”. En opinión del célebre higienista A. Mosseri, ” esta pérdida de sangre puede convertirse en algo grave. Cuando las mujeres pierden sangre a profusión durante 5 días o más, o cada 21 días, la pérdida mina gravemente al organismo. Se vuelve débil, anémico, y el nivel de la eficacia fisiológica, mental y física está sensiblemente disminuido. Estas mujeres existen. No viven”. Parece claro que muy “delicada” ó “desesperada” tiene que ser la condición interna del cuerpo para que haga uso de ¡ una hemorragia sanguínea ! a sabiendas de que ello supone una expulsión del fluido vital que es la sangre, con los efectos secundarios que de ello se derivan y que Mosseri matiza. ¡ Todo sea por favorecer la desintoxicación interna !. Menstruación ¡ bendita “enfermedad”!. El Dr. J. Lovewisdom, insigne moralista del Higienismo, haciendo una particular interpretación de la Biblia, puntualiza que al alejarse el ser humano de la alimentación paradisíaca original, las frutas del “Paraíso Terrenal”, sucumbió en la degeneración, perdiendo así la ” Naturaleza elevada ” que le había sido conferida en el Paraíso, haciendo alusión a las semillas secas ( nueces ) como el fruto prohibido que al comerlo causó ” pasión sexual antinatural ” debido a la gran cantidad de proteína que contienen. Estas son sus palabras textuales: ” Partiendo de este pecado original, se llega a todos los pecados siguientes y a la degeneración de la humanidad entera. … Por desgracia, vemos actualmente las cortas generaciones que conocemos hoy en día, cuyas vidas están hechas de enfermedades y de tristeza. … Es verdad que la humanidad a menudo ha desaprobado en el pasado los despilfarros sexuales del hombre, de la misma manera que la menstruación en la mujer era considerada un motivo de vergüenza. Pero para la supuesta ciencia moderna la menstruación es considerada necesaria. Es así como durante siglos y milenios el ser humano ha vivido en el pecado. Por cierto, ha aprendido sin cesar y ha resuelto los problemas más complicados del Universo, pero nunca ha alcanzado la Sabiduría ni ha recobrado su herencia perdida… Vendrá el día en que la humanidad comprenderá que la menstruación fétida en la mujer y los despilfarros seminales acompañados de pasión animal en el hombre pueden ser eliminados mediante una alimentación higienista paradisíaca”. Ciertamente, J. Lovewisdom nos recuerda que el cambiar a un régimen bajo o nulo en proteínas tiene como consecuencia una disminución notable de la toxemia interna, que conlleva una reducción de la agresividad y la líbido sexual “desproporcionada”. La conocida terapeuta y consejera higienista, Irene Gelpi (Barcelona) ha sentido en sí misma como desaparecía su menstruación al excluir los lácteos de su dieta, hace tres años, iniciando entonces un régimen prácticamente crudívoro que hace perpetuar dicha ausencia. Actualmente realizo el seguimiento de una joven crudívora 100% desde hace un año, en la cual, durante los primeros tres meses de dieta natural han ido desapareciendo los trastornos acompañantes a la regla ( a menudo muy incapacitantes para hacer una vida normal) y a continuación tuvo lugar la ausencia de menstruación. Con el fin de animar a las mujeres, es preciso asegurarles que cuando se cuestionan un cambio positivo en su forma de alimentación, además de cesar o disminuir su menstruación, la patología peculiar acompañante (mareos, molestias, dolores, …) mejora notablemente o desaparece. El solo hecho de realizar una dieta higienista con vegetales almidonosos, que sí generan mucosidad en estado crudo y por tanto no recomendables (zanahoria, patata, …) pero cocinados, anulando así en gran parte su toxicidad, puede conducir a una ansiada “limpieza interna”. Todo esto no es más que una preciosa muestra de la Madre Naturaleza, otra, para solicitarnos que no desnaturalicemos los nutrientes con que nos obsequia, es decir, que regresemos a la alimentación natural, original del ser humano, ” volver al origen “, mensaje que llevamos ” latente ” en nuestros genes, pero que por falsa educación, condicionamientos económicos, políticos, contaminación social, mental, ignorancia, no se hace ” patente “. Cuando el ” Templo del Espíritu “, su cuerpo, sea purificado, la mujer volverá a sentir la dicha sublime de una verdadera ” Salud Holística ” para bien de la Humanidad doliente.
VIGO, JULIO – 1.997
BIBLIOGRAFÍA:
- ” Sistema curativo por dieta amucosa “. Arnold Ehret. Editorial Kier. 8ª edición.
- ” Los alimentos vivos “. Christian Jaime, Kristina Nolfi y Joseph Pichon. Editorial Puertas Abiertas a la Nueva Era.
- ” In Memoriam André Torcque ” ( 1ª parte ). Editorial Puertas Abiertas a la Nueva Era.
- ” In Memoriam: Puertas Abiertas ” ( Tomo II ). André Torcque. Editorial Puertas Abiertas a la Nueva Era.
- ” Alternativa a la medicina: aprender a vivir “. Dr. Eneko Landaburo. Editorial Sumendi.
- ” La menstruación, una enfermedad innecesaria “. Artículo de Diego Conesa. (“Azoe”. Casa de reposo higienista).
Juan J. Núñez Gallego . Médico e Higienista . Vigo
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