por Montalk
traducción de
Adela Kaufmann
Este artículo reemplaza
“Agentes de la Matrix-Perfiles y Análisis - Matrix Agents-Profiles and Analysis” |
Gente vacía. Personas títeres. Cartones recortados. Objetos teledirigidos, Portales Orgánicos. Caracteres de fondo.
¿Porqué existen siquiera esos términos?
Porque por necesidad tuvieron que ser inventados por aquellos que independientemente observaron el mismo fenómeno desconcertante, uno para el cual no hay nombre oficial: algunas personas parecen carecer de algo muy importante en su interior. Mientras que no son necesariamente menos inteligentes, exitosos o físicamente sanos como cualquier otra persona, ellos, no obstante, no muestran ningún indicio de tener ninguno de los posibles componentes superiores de su conciencia.
Con el transcurso de los años he recibido correos electrónicos de lectores que llegaron a esta misma conclusión. Ellos observaron que algunas personas eran extrañamente unidimensionales y vacías en su interior.
Esta observación no es difícil de perder, pero es fácil de evitar racionalizar, especialmente con la sociedad moderna siendo tan pesadamente lavados de cerebro, con el concepto políticamente correcto pero poco realista de que cada uno es completamente igual en todos los sentidos, que hace caso omiso de las diferencias funcionales debido a:
Ambiental Genético Lo que es aún más importante, factores metafísicos.
Antecedentes
La idea de gente vacía amaneció primero en mí en 1999 después de haber hecho mucha investigación en sociópatas y psicópatas, siendo su condición médica conocida como TPA o “Desorden Antisocial de Personalidad.”
Mi interés en el tema surgió a raíz de haber sido forzada durante muchos años a sufrir bajo alguien de quien más tarde supe que tenía todas las señales de ser un sociópata.
Sin corazón y sin alma fueron términos descriptivos, pero poco sabía yo cual literalmente ciertos eran. Había notado en esta persona como un vacío detrás de los ojos y una esencia de conciencia muy superficial, lo que parecía ser el origen de los comportamientos que observé.
Eventualmente me di cuenta que esta misma condición raíz estaba presente en algunos otros quienes no eran sociópatas hacia el exterior, pero cuya carencia de corazón se enmascaraba en un exterior social muy bien adaptado. En otras palabras, lo que la psiquiatría diagnosticaría como TAP serían solo las más extremas, criminales y descuidadas manifestaciones de una condición que, de otra manera, se expresa más ampliamente de un modo socialmente aceptable y menos incriminatorio. Esto último es lo que pudiera contar para el cuerpo de gente vacía presente en la población.
¿Pero exactamente que es lo que falta en ellos?
La respuesta es clara si nos fijamos en sus comportamientos comunes y cualidades de la conciencia.
Características Psíquicas y Conductuales
Su conducta tiende a ser convincente, superficial, egoísta, narcisista, mundano, depredador y materialista.
A veces estos rasgos son camuflados por un exterior socialmente pulido, pero cualquiera con un ojo que discierne puede ver a través de su disfraz. Ellos carecen de individualidad, de pensamiento independiente y son fuertemente polarizados hacia mantener una mentalidad de rebaño.
Ellos carecen de comprensión de cualquier cosa más allá de la esfera material de los cinco sentidos, y no tienen ningún interés en asuntos metafísicos, excepto como accesorios llamativos como para reforzar su imagen social. Ellos también parecen totalmente incapaces de empatía, introspección y un auto-sacrificio voluntario.
Sin embargo, en presencia de otros ellos pueden poner una llamativa muestra de preocupación, angustia o altruismo para propósitos de manipulación social. Por ejemplo, lágrimas de cocodrilo para obtener simpatía y compasión, o haciendo algo bueno por otro únicamente para extorsionarles más tarde un favor.
La exploración física de su conciencia revela algo interesante. Hay cierta simplicidad, llanura e inercia en su esencia, aún si sus intelectos son altamente desarrollados. A diferencia de otros, su energía consciente es más difusa, opaca, impermanente y amorfa en lugar de ser sólida, chispeante, cristalizada y concentrada.
Dicho de otra manera, sus mentes son como castillos de arena en lugar de castillos reales. Hay algo rudimentario y animal piloteando sus cuerpos. Pareciera como si tienen conciencia del mismo modo que las plantas y los animales tienen, pero no una auto-conciencia como se supone que tienen los seres humanos.
Hay una importante diferencia entre la conciencia y la auto-conciencia.
Espíritu - El Componente Faltante
El factor faltante debe ser algo que dota a un ser con auto-conciencia, voluntad y la capacidad de valorar ideales trascendentales.
Esto va más allá de los factores físicos, como porciones faltantes del cerebro, genética defectuosa o una mala educación, porque los últimos son solamente defectos en el hardware y la programación de la máquina biológica, donde el problema aquí involucra la máquina de operar la conciencia. Lo que recoge la percepción clarividente o intuitiva sobre sus conciencias implica factores metafísicos.
¿Cómo llamar a este componente superior de conciencia ausente en algunas personas?
Usualmente sería clasificada como el alma, pero eso ha causado demasiada confusión en el pasado. Por ejemplo, los lectores casuales no familiarizados con la definición no apropiada del pensamiento de los “sin alma” pensaban que quería decir “completamente carente de conciencia”, cuando en realidad significa “carente de conciencia individualizada”. No, ellos sí tienen algún tipo de energía de alma por virtud de estar vivos, pero el alma no está investida con una chispa superior de verdadera sensibilidad y conciencia de sí misma.
Por ello, yo llamaría a esta chispa superior “espíritu” y la definiría como sigue:
El espíritu es el núcleo de la conciencia individualizada, aquel aspecto permanente de uno siendo la representación del Verdadero Ser, el cual acumula experiencias y sabiduría espiritual a través de la vida, sobrevive a la muerte física y permanece intacto al reencarnar, para continuar creciendo hacia el cumplimiento de su potencial.
Es la chispa divina, la sede del libre albedrío, el fragmento holográfico del Creador residiendo en el centro mismo de su ser, el “Yo” es decir usted, el observador de la conciencia interna capaz de observar incluso su propia auto-observación.
Parece que no todos los seres humanos tienen espíritu.
Por lo tanto no tienen conciencia de sí mismos, individualidad, sabiduría, empatía, inteligencia creativa o conciencia. Lo que confirma aún más esta hipótesis es que, como lo estaremos viendo más adelante, uno pudiera observar una total ausencia del destino, sincronicidad, sueños simbólicos, lecciones espirituales, crecimiento del alma y karma en sus vidas.
Es de esperarse que si ellos no tienen nada permanente en ellos que sobrevive a la muerte y reencarna, porque solamente el espíritu puede ganar de tales cosas.
Sin espíritu, ellos son seres temporales, cuya conciencia se forma un poco antes del nacimiento y se disuelve un poco después de su muerte. Y si esto es así, entonces, para ellos, las lecciones de la vida espiritual no sirven ningún propósito, el karma de las vidas pasadas no existe, no hay un Ser Superior actuando como chaperón, ni tendrían un genuino interés en nada que sirva a un propósito más allá de su actual existencia mortal.
Por ello es de esperarse que sean particularmente materialistas, mundanos ellos y mundanos en sus ambiciones. La observación confirma esto también.
Por lo tanto no tienen conciencia de sí mismos, individualidad, sabiduría, empatía, inteligencia creativa o conciencia. Lo que confirma aún más esta hipótesis es que, como lo estaremos viendo más adelante, uno pudiera observar una total ausencia del destino, sincronicidad, sueños simbólicos, lecciones espirituales, crecimiento del alma y karma en sus vidas.
Es de esperarse que si ellos no tienen nada permanente en ellos que sobrevive a la muerte y reencarna, porque solamente el espíritu puede ganar de tales cosas.
Sin espíritu, ellos son seres temporales, cuya conciencia se forma un poco antes del nacimiento y se disuelve un poco después de su muerte. Y si esto es así, entonces, para ellos, las lecciones de la vida espiritual no sirven ningún propósito, el karma de las vidas pasadas no existe, no hay un Ser Superior actuando como chaperón, ni tendrían un genuino interés en nada que sirva a un propósito más allá de su actual existencia mortal.
Por ello es de esperarse que sean particularmente materialistas, mundanos ellos y mundanos en sus ambiciones. La observación confirma esto también.
Otros Componentes
¿Cómo podemos entender mejor todo esto?
Entendiendo los varios componentes y cómo éstos combinan para hacer el todo de un ser, podemos agarrar las numerosas diferencias y similitudes entre humanos con y sin espíritu 1.
Aparte del espíritu, los otros componentes son cuerpo y alma. El alma es la interfaz energética no-física entre el cuerpo y el espíritu. Los ocultistas dividen el alma en cuerpos etéreos y astrales. La gente “vacía” anteriormente mencionada tiene cuerpos y almas, pero no tienen espíritus. De esta forma es muy claro que tienen algún tipo de energía consciente, pero no el núcleo permanente que retiene la continuidad a través de las encarnaciones.
El alma consiste de dos componentes, el etéreo y el astral.
El componente etérico es un campo magnético cuántico que predispone al cuerpo físico evitar la desintegración entrópica. O para decirlo de manera más simple, es la energía de fuerza-de-vida que no permite que se descomponga el cuerpo. El componente astral es más abstracto e intangible. Opera como la sede de las sensaciones y pasiones conscientemente experimentadas. Las sensaciones y sentimientos no son solamente reacciones químicas en el cerebro, ni son pensamientos abstractos en la mente. En su lugar son las energías vivas residiendo en algún punto intermedio, y esa zona de amortiguación entre lo completamente físico y lo completamente metafísico es el componente astral del alma.
Cuerpo y Ego
El cuerpo es el instrumento biológico a través del cual interactuamos con nuestro entorno físico.
El cuerpo viene con sus propias disposiciones hereditarias, fuerzas biológicas e instintos y algoritmos conductuales estampados dentro de el a través de una programación social. Estas influencias deterministas convergen para crear una inteligencia artificial en cualquier persona que, por defecto opera el cuerpo como un piloto automático piloteando un avión.
Esta inteligencia artificial es, por ello, denominado “ego”. Su proceso fundamental es el de garantizar la supervivencia del cuerpo optimizando su comportamiento para el entorno físico y social. En otras palabras, el acondicionamiento externo programa al ego para lograr la supervivencia en el abriendo desde el cual el condicionamiento se origina.
Pero el ego no tiene una verdadera conciencia propia. Es solamente una computadora operando en el hardware neural (y por poder, etéreo) que simula una identidad viviente. Su mayor ventaja es que, siendo solamente una computadora, solo tiene que calcular mecánicamente y reaccionar a situaciones en lugar de reflejarlas profunda y conscientemente, por lo cual pueden responder mucho más rápido a situaciones externas.
Para el espíritu, el ego funciona como un dispositivo de software que automatiza las interacciones con otros humanos y proporciona una máscara de identidad, programada desde el nacimiento, y apropiada al entorno local. Algo así como el avatar de un jugador en el juego Sims, que se ve y actúa como una persona y parece hacer sus propias cosas cuando no está siendo dirigido por el jugador.
El problema es que el ego es enteramente un producto del pasado, y el espíritu enteramente fuera del tiempo linear. El primero es completamente una característica inesperada de la materia, el segundo es una condensación permanente de la conciencia. Ambos tienen impulsos que son a menudo diametralmente opuestos, uno tirando hacia la materialidad y el otro hacia la espiritualidad.
Nuestra conciencia diaria, también conocida como el yo inferior es una mezcla de ambos, es decir, de la porción del espíritu que brilla a través de la máscara del ego y se identifica con ella, análogo a un automovilista tan absorto en el acto de conducir que, para el, el auto se ha convertido en una extensión de su cuerpo 2.
Influencias Físicas y Espirituales Sobre el Alma
Ahora el alma, que reside entre el cuerpo y el espíritu y es mediadora entre ellos, es influenciada por ambos.
Adquiere su organización y su función según los impulsos de ambos, es espíritu y el cuerpo. Por ejemplo, el cuerpo astral respondería tanto a una droga química que induce una sensación de euforia a través del cuerpo, y el espíritu deseando invocar una noble sensación de gozo espiritual, aunque los efectos en el astral no son tan idénticos.
De igual manera el cuerpo etéreo podría tener su estructura alterada por alguna herida al cuerpo físico, o de algún bloqueo o anormalidad en el cuerpo astral, infiltrando su influencia hasta el nivel etéreo. Cualquier influencia que sea ejercida sobre el alma a través del cuerpo y el espíritu, sus efectos continúan rezagándose en el alma, como té que continúa circulando después de haber sido revuelto. Esto es porqué yo digo que el ego funciona tanto en el hardware neural como etéreo.
A pesar de originarse en el plano físico, el ego imparte el impulso de su acondicionamiento sobre lo etéreo 3.
Consecuencias de Carecer de un Espíritu
Tomando en cuenta lo anterior, considere que es lo que sucede cuando alguien tiene cuerpo, ego y alma, pero carece de espíritu.
En primer lugar, todo su maquillaje sería el resultado de influencias materiales, como la genética y el entorno. La sede de su aparente inteligencia sería el ego. Y sin el contrapeso del espíritu, su ego sería el rey soberano. Así, de conformidad con la función del ego, tales personas estarían por completo dedicadas a la supervivencia material y social.
Note que las personas con espíritu, que están conscientes de sus impulsos espirituales a menudo hacen opciones voluntarias que no sirven para ganancia financiera, social o egoísta, que van en contra de las expectaciones de los principios evolutivos darvinianos, y que sirven solamente para fines espirituales. Tales impulsos están ausentes en personas sin espíritu, aunque estén verdaderamente optimizados para la supervivencia en el mundo físico.
Sin conciencia, empatía o una lucha interna entre el ego y el espíritu que los retienen, ellos pueden más rápida y fácilmente tener éxito en sus entornos mundanos, sin importar el costo a los demás.
Para entender mejor sus diferencias metafísicas, considere lo que le sucede a la gente con espíritu y sin espíritu después de la muerte física.
El espíritu y el alma anidados dentro del otro, juntos dejan el cuerpo físico. Luego de un tiempo, el componente etéreo del alma se desintegra, dejando solamente al espíritu anidado dentro del cuerpo astral. El cuerpo astral, entonces, se desintegra. La desintegración de los cuerpos etéreo y astral, significando la disolución o el alejamiento del alma es conocido en el esoterismo cristiano como la segunda muerte 4.
El espíritu liberado, entonces, avanza en el más allá antes de reencarnar.
La reencarnación involucra que el espíritu se forme para sí un alma nueva, y luego cae en un nuevo cuerpo físico. En reencarnaciones secuenciales, la influencia de qué talentos, predisposiciones y desequilibrios ha adquirido de vidas previas será de gran importancia en una nueva encarnación.
En el caso de personas sin espíritu, la vida comienza de la siguiente manera.
Al gestarse el cuerpo del feto en el útero, el alma se forma por
primera vez, como arena de playa siendo reunida en la forma de un
castillo, y se une al cuerpo. Esta combinación produce una
conciencia rudimentaria. Después de nacer, tal persona se vuelve
nada más que un producto de la genética y el entorno, debido a una
ausencia del espíritu. Sin un contrapeso espiritual, las pulsaciones
biológicas y la programación social se convierten en sus primeros
impulsos en la vida.
Tras la muerte física su alma evacua el cuerpo, quizás conteniendo una persistente huella del ego, y luego de algún tiempo se desintegra y es reabsorbida en el lago de energías desde el cual originalmente se formó. Nada de su identidad sobrevive.
Para la gente sin espíritu, esta vida es la única. Ellos se forman al entrar y se disuelven al salir. No puede ser de otra forma si carecen de un núcleo de conciencia individualizada.
Por lo tanto, todo lo que una persona con espíritu tiene debido a la continuidad de sus encarnaciones está faltando en la vida de una persona sin espíritu. Por ejemplo, alguien sin espíritu no necesitaría lecciones de vida o experiencias de aprendizaje espiritual. ¿Cual sería el propósito si lo que sea que se gane desaparece después de la muerte? Por ello la gente sin espíritu son los que no pueden aprender lecciones espirituales, que no pueden ganar espiritualidad de las pruebas de la vida, que no pasan lo que han ganado a sus sucesivas encarnaciones.
Tras la muerte física su alma evacua el cuerpo, quizás conteniendo una persistente huella del ego, y luego de algún tiempo se desintegra y es reabsorbida en el lago de energías desde el cual originalmente se formó. Nada de su identidad sobrevive.
Para la gente sin espíritu, esta vida es la única. Ellos se forman al entrar y se disuelven al salir. No puede ser de otra forma si carecen de un núcleo de conciencia individualizada.
Por lo tanto, todo lo que una persona con espíritu tiene debido a la continuidad de sus encarnaciones está faltando en la vida de una persona sin espíritu. Por ejemplo, alguien sin espíritu no necesitaría lecciones de vida o experiencias de aprendizaje espiritual. ¿Cual sería el propósito si lo que sea que se gane desaparece después de la muerte? Por ello la gente sin espíritu son los que no pueden aprender lecciones espirituales, que no pueden ganar espiritualidad de las pruebas de la vida, que no pasan lo que han ganado a sus sucesivas encarnaciones.
Y así, ellos no tienen ningún interés por las lecciones de humildad, empatía, compasión, entendimiento o perdón.
En lugar de cambiar como personas a través de la maduración espiritual en la vida, ellos solamente cambian en el sentido de una mejor adaptación a la vida a través del acondicionamiento. Por ejemplo, mientras que una persona con espíritu pudiera ver el error de sus caminos y volverse humilde, una persona sin espíritu simplemente aprenderá a no ser atrapado la próxima vez.
El karma es otro factor metafísico ausente en la vida de la gente sin espíritu. Hay muchos conceptos erróneos sobre el karma, por lo que primero explicaré mi entendimiento de ello, antes de mostrarles cómo su ausencia afecta la vida de una persona sin espíritu.
El karma (el tipo negativo) es simplemente una deuda espiritual o desequilibrio adquirido por violar la libre voluntad de uno mismo o de otro. Violar la propia voluntad libre sucede cuando usted toma una decisión durante un estado ignorante, como cuando se está identificando con el ego y actuando sobre sus impulsos, que viole una opción hecha durante un estado espiritual más sobrio.
Al cometer una violación de libre albedrío, el aspecto asociado con el espíritu superior de la conciencia lamenta el error y hace un compromiso de reparación, aunque el aspecto asociado con el ego inferior trate de ignorarlo. El desequilibrio kármico, entonces, atrae experiencias que enseñan una lección corrigiendo esa ignorancia, ya sea en esta vida o la próxima. La lección aprendida es universal y no requiere memoria de la opción original que la provocó, solamente una comprensión de la lección.
La experiencia kármica misma no es lo que está destinado, es más bien la lección aprendida, por ello el karma a veces puede ser mitigado a través de una comprensión preventiva y el perdón, sin tener necesariamente que aprenderlo por la manera dura, a través de la experiencia.
Pero sin espíritu no hay un verdadero libre albedrío y no han verdaderas lecciones que puedan ser aprendidas.
Por ello, los sin espíritu no tienen karma, y en cambio viven completamente bajo las leyes del azar y la ley de la selva. Mientras que el individuo con espíritu pudiera nacer con desventajas kármicas, para el individuo sin espíritu, estas desventajas serían estrictamente por una cuestión de suerte o herencia y no sirven a ningún propósito superior metafísico.
Igual como con la sincronización y manera de su muerte; mientras la persona con espíritu pudiera haber planeado libremente su vida antes de encarnar, incluyendo la forma en que van a morir, la gente sin espíritu muere según circunstancias al azar sin propósito o significado, a menos que su muerte de alguna forma juegue una parte importante en el guión de la pre-encarnación de un individuo con espíritu.
Otros factores faltantes incluyen sueños simbólicos significativos, sincronicidades, una guía intuitiva superior y su mano personal de destino. La gente sin espíritu no experimenta ninguno de estos factores, porque, ya sea que no pueden o no lo necesitan. Esto debería ser obvio de entender el papel del espíritu, pero lo elaboraré en aras de la claridad.
Sueños significativos sirven principalmente para alertar a una persona a desequilibrios espirituales que necesitan ser corregidos, pero una persona sin espíritu no tiene necesitad de tales mensajes.
Así mismo, no tienen nada superior que les envíe tales mensajes. Sin una base permanente de individualidad, ellos no tienen un “Ser-Superior”, lo cual significa que es la manifestación futura perfeccionada del espíritu que se remonta a través del tiempo para ayudar a las extensiones de sí mismo que están todavía en el pasado lineal. Y sin un Ser Superior, ellos no tienen una guía intuitiva interna que les proporciones ciertos empujones y protección en la vida.
Así, mientras una persona con espíritu pudiera experimentar sincronicidades anormales y la curvatura de las leyes de la realidad para salvarlos de una muerte prematura, una persona sin espíritu, careciendo de tal dirección y protección perecería, según la ocasión.
Diferencias de Chakras entre los Con-Espíritu y los Sin-Espíritu
También hay una diferencia entre los con-espíritu y los Sin-Espíritu en qué chakras tienen.
Los Chakras con centros vorticales de energía uniendo el alma con el cuerpo y uniendo el espíritu y el cuerpo a través del alma. Cada centro coincide en su posición con las principales glándulas del cuerpo físico, y cada una sirve a una diferente función conductual.
Los chakras inferiores están asociados con tal facetas conductuales como instinto físico, impulsos sexuales, emociones básicas, poder personal y actividad intelectual.
Los sin-espíritu, no obstante, no tienen necesidad de los chakras superiores, como el del corazón, la coronilla y el chacra del tercer ojo porque éstos son los que se vinculan exclusivamente con el espíritu.
El chakra del corazón, el centro de emociones más altas como la compasión, la empatía, el júbilo espiritual no existen en los sin-espíritu, porque no hay un espíritu presente para asociarlo con esas emociones. El chakra de la corona, a través del cual se manifiestan una comprensión intuitiva superior, la originalidad y la creatividad, y una conexión con la verdad objetiva, hacen falta también. El chakra del tercer ojo, situado entre las cejas es normalmente utilizado para la percepción de fenómenos y conceptos más allá del reino material, y la gente sin espíritu, confinada al mundo de los cinco sentidos no tienen necesidad de ello tampoco.
Consecuentemente, otra diferencia entre los
Con-espíritu y los
Sin-Espíritu es que los primeros tienen todos los siete chakras,
mientras que a los últimos les hacen falta los tres superiores
(corazón, corona y tercer ojo) 5.
Esto contribuye aún más a la percepción intuitiva y clarividente de que la gente sin espíritu son planos e inertes por dentro, sin importar de cuan animados fueran en el exterior, porque al espectro de sus vibraciones etéreas o áuricas les faltan ciertos colores, y por ello son de una resolución general inferior.
Todo lo anterior sigue desde un simple postulado: que algunas personas carecen de espíritu y que ellos, por ello, carecen de los chakras superiores.
Si usted contempla profundamente lo que esto implica, usted entenderá cómo este postulado explica la gama completa de observaciones que tenemos respecto a las personas denominadas “vacías”.
Esto contribuye aún más a la percepción intuitiva y clarividente de que la gente sin espíritu son planos e inertes por dentro, sin importar de cuan animados fueran en el exterior, porque al espectro de sus vibraciones etéreas o áuricas les faltan ciertos colores, y por ello son de una resolución general inferior.
Todo lo anterior sigue desde un simple postulado: que algunas personas carecen de espíritu y que ellos, por ello, carecen de los chakras superiores.
Si usted contempla profundamente lo que esto implica, usted entenderá cómo este postulado explica la gama completa de observaciones que tenemos respecto a las personas denominadas “vacías”.
Diferencia entre las Personas Sin-Espíritu y Espiritualmente Dormidas
A este punto usted estará preguntándose cuál es la diferencia entre las personas Sin-Espíritu y las personas Con-Espíritu pero que están dormidas espiritualmente en la vida, o simplemente inmaduros. Después de todo, ambos pudieran ser mundanos en sus metas y completamente atrapados en la ilusión de la “Matrix".
Ambos pudieran no ser conscientes de los sueños y sincronicidades, ni mucho menos exhibir empatía.
Por ejemplo, hay personas negativas que están completamente bajo la influencia de sus egos y de sus fuerzas negativas externas que pueden cometer crímenes violentos e incluso asesinato en masa sin parpadear. No todos ellos son sin espíritu. Pero todos ellos están, de hecho, vacíos de la influencia del espíritu a la hora de participar en tales conductas inhumanas. Algunos carecen de espíritu, otros están dormidos en el espíritu.
La diferencia es que una persona con espíritu, pero infantil o dormida todavía tiene un potencial espiritual latente. Así que todavía tienen, aunque sea en pequeñas cantidades, la presencia de aquellos factores espirituales y dinámicas mencionadas arriba. Ellos podrían todavía sufrir las consecuencias de deuda kármica provocada por tontas opciones, todavía pudieran recibir sueños simbólicos intentando alertarlos a desequilibrios espirituales en la vida, aunque hagan caso omiso de ellos, pudieran aún experimentar ayuda sincronística al darle forma a sus vidas en contra de todo pronóstico, aunque no puedan verlo.
La gente sin espíritu carece completamente de ese potencial. Ellos no pueden crecer espiritualmente. Esto no es una declaración teórica, sino una dolorosa lección aprendida de haber tenido que lidiar con muchísimas personas así, que jamás mostraron ninguna señal de crecimiento o evolución, sin importar cuánta ayuda y oportunidad de mejorar les fue dada.
En el mejor de los casos se adaptan, pero más por acondicionamiento y cálculo que una real compresión.
Hay otra diferencia importante. La gente con espíritu tienen vidas apropiadas a sus necesidades espirituales. Así que hay una correspondencia entre su madurez espiritual y tipo de vida. Los espíritus infantiles conducirán unas vidas crudas, porque una básica existencia es todo lo que necesitan, y cualquier otra cosa sería demasiado para que ellos manejaran o ganaran. Mientras tanto, la vida sin espíritu, sea cual fuera donde sean conducidos por las circunstancias y su propia astucia, lo que podría significar ser un mendigo, un ejecutivo corporativo o un famoso escritor, todos por igual.
Sin las limitaciones establecidas por necesidades espirituales, los sin espíritu no tienen límites espirituales o curriculums estructurando sus vidas.
Y esta es la razón por la cual la gente “vacía” no están todos espiritualmente dormidos o son infantiles, porque existe una clase de gente que comparte la misma inercia detrás de sus ojos sin importar su tipo de vida, su estatus social, su destreza intelectual y su apariencia física.
Psicópatas, sociópatas, y Narcisistas
Las manifestaciones más extremas de una ausencia del espíritu es conocido en la psicología como desórdenes de personalidad psicopática, sociopática o narcisista.
La gente con espíritu que encaja en esta condición están mal guiadas y son mantenidos como rehenes por sus egos, pero pueden ser rehabilitados. En lugar de carecer de empatía, su empatía es, ya sea suprimida o desplazada. Estos no son verdaderos psicópatas, sino gente con espíritu con desórdenes de personalidad.
Sin embargo, la verdadera psicopatía y sociopatía no puede ser curada, porque algo falla fundamentalmente en el interior de tales personas. Ellos carecen de empatía y remordimiento por completo, y esas cualidades no pueden ser recobradas porque nunca estuvieron allí, para comenzar. La naturaleza incurable de la psicopatía es un hecho aceptado en la psicología. La causa es creída que es una anormalidad en los centros de dolor y miedo del cerebro.
Aún así, sin la influencia equilibrante del espíritu, tales anormalidades introducirían errores en la programación del ego, el cual, entonces, corre incontroladamente hasta el punto de llegar a la atención de los sistemas legales y médicos. Lo que el sistema médico puede diagnosticar es solo la manifestación extrema y floja de una condición que está más extendida en toda la población.
Otras personas sin espíritu con egos funcionando apropiadamente son mejores manteniendo su carencia de empatía y remordimiento camuflados bajo una programación social más refinada.
http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/ciencia_astralplane07.htm